En fases iniciales es útil el uso moderado de analgésicos, antiinflamatorios y relajantes musculares.
El uso del calor también puede proporcionar cierto alivio de la sintomatologia.
La fisioterapia bien dirigida puede ayudar a que ceda el dolor, aunque muchas veces la mejoria es momentánea.
El ejercicio físico es la parte fundamental del tratamiento de la lumbalgia inespecífica recomendándose fundamentalmente ejercicios aeróbicos (pasear, nadar, bici..). No está demostrado que los ejercicios de potenciación abdominal o espinal o de flexibilización o estiramiento, sean superiores a los ejercicios aeróbicos.
En casos de dolor inespecífico se puede plantear infiltraciones de las carillas articulares y en ocasiones también se pueder realizar una denervación de la rama posterior del nervio raquídeo, lo cual se denomina "rizolisis", no obstante este procedimiento tiene un porcentaje de buenos resultados que no supera el 60 % de los pacientes.
La rizolisis se debe realizar en quirófano, con asistencia de Rayos X y no precisa sedación ni anestesia general en la mayoria de los casos.
En casos excepcionales, y sobre todo cuando el origen del dolor es a nivel de un solo segmento intervertebral se puede plantear la realización de una cirugia de fusión.
La recuperación es rápida, recomendándose que el paciente esté en reposo relativo durante 2-3 dias, pudiendo hacer vida prácticamente normal desde el postoperatorio inmediato.
La mejoria después de una rizolisis se suele notar aproximadamente a las 3 semanas, y no es infrecuente que exista una reinervación y por tanto reaparición del dolor aproximadamente a los 9 meses de haberse realizado la rizolisis.
El dolor lumbar es más o menos incapacitante. En fases agudas el paciente tiene sensación de bloqueo, con dolor intesno que impide incluso la movilidad, y obliga al paciente a permanecer en cama.
Más frecuente es el dolor lumbar crónico, en el cual el paciente tiene dolor contínuo que le empeora en relación con sobrecargas mecánicas, movimientos de flexión del tronco y cambios posturales.
Muchas veces el dolor puede aparecer incluso después de estar el paciente varias horas en cama, obligándole a levantarse (es lo que se denomina "dolor de fin de semana". Este dolor parece tener origen en las articulaciones interapofisaria.
Es necesario intentar establecer un diagnóstico, aunque no siempre es posible, debido a la gran cantidad de estructuras que pueden ocasionar el dolor.
Una anamnesis detallada puede orientar hacia el tipo de dolor ante el que nos encontramos, básicamente si se trata de un dolor de tipo "benigno" o si estamos ante un dolor "inflamatorio".
La radiologia simple puede aportar datos en relación con la existencia de alteraciones degenerativas así como descartar patología osea mayor.
En cualquier caso, la prueba más especifica y útil en el diagnóstico del dolor lumbar es la Resonancia Magnética Nuclear, que permite descartar la existencia de lesiones tumorales, infecciones y compresiones neurológicas.
Así mismo la Resonancia Magnética muestra el estado de hidratación de los discos y afectación de platillos vertebrales y de las articulaciones interapofisarias posteriores.