En relación con la espalda de los niños, existen muchas falacias que sin argumento científico de ningún tipo, se han implantado en las creencias populares.
Lo primero que hay que aclarar, es que no hay una postura normal o patológica clara, ya que las curvas, tanto en el plano frontal como en el lateral tienen una gran variedad de posibilidades de aun siendo “normales” pueden tener variabilidad de grados que pueden a su vez ser diferentes en función de  la edad y que incluso pueden estar influenciados por la diferencia de longitud entre las piernas. Conforme los niños se desarrollan van apareciendo las curvas laterales normales del adulto, y puede darse la circunstancia de que determinadas curvas que a priori son llamativas, pueden normalizarse con la edad
Las desviaciones en el plano frontal, se denominan escoliosis y además de consistir en un
En primer trastorno lateral, tiene también un componente  rotacional de la columna que es lo que origina la denominada “giba”. Esta alteración en la mayoría de los casos, es idiopática, esto es su causa es desconocida, y merecería una capitulo a parte. 
En este sentido las mochilas de los niños no producen escoliosis ni tampoco aumento de la curva dorsal o torácica, aunque es cierto que peso excesivo puede ser nocivo en el sentido de que puede producir dolores de tipo muscular y en algunos casos extremos  incluso pueden causar lesiones especificas.
Algunos estudios recomiendan que el peso de las mochilas no debiera sobrepasar el 10-15 % del peso del niño, aunque la realidad es que el peso habitual suele ser de más del 25%. En relación con el diseño de  las mochilas, se recomienda que las bandas axilares sean anchas, que el contacto de la mochila con la espalda esté  almohadillado, tenga diferentes compartimentos para distribuir adecuadamente el peso, e incluso que dispongan de amarre en la cintura. Si después de usar la mochila El niño presenta marcas en las zona axilo-pectoral o refiere entumecimiento de brazos o manos, indudablemente el peso que está soportando, es inapropiado.
La opción de usar un carrito con ruedas para el transporte de los libros puede ser una buena opción, pero previamente hay que valorar la ausencia de escaleras que faciliten el acceso.
En relación con los dolores de espalda de los niños, no deben minusvalorarse, en general las escoliosis no producen dolor, y si existe dolor en los niños, hay que pensar que puede haber algún otro proceso subyacente que en su caso hay que investigar. Especialmente preocupantes son los dolores que aparecen o aumentan por la noche.
Una cuestión que en ocasiones es materia de disputa familiar, son las “malas posturas” que adoptan muchos niños en relación con la lectura, ver televisión o más frecuentemente jugar con las consolas. Los niños suelen adoptar una postura de sedestación en posición “india” y estar con el cuello flexionado y todo el tronco inclinado hacia adelante. Esta posición en si misma no es perjudicial ni va a provocar alteraciones del eje de la columna, pero está claro, que mantenida durante muchas horas puede producir una sobrecarga muscular, articular e incluso discal que puede ser la causante de dolores en los niños. Existe además alguna investigación que asocia una cierta pérdida de potencia muscular del tronco en los niños que adoptan malas posturas, aunque la importancia de estos hallazgos no se ha definido claramente; en esta línea, aunque hay algunos profesionales que indican ejercicios como el yoga, tai-chi, e incluso la denominada “reordenación postural” e incluso fisioterapia, no existe ninguna evidencia cientifica de su beneficio, y no existe en este sentido ningún ejercicio que se pueda recomendar claramente, simplemente el cambio de postura cada cierto tiempo y la realización de deporte de intensidad leve-moderada varias veces por semana es suficiente para que los niños no tengan problemas. Estudios recientes revelan que en determinadas poblaciones se han doblado los niños con sobrepeso y los que tienen baja forma física comparándola con la misma población 20 años antes. Ello es sin duda debido al aumento del sedentarismo y cambio de hábitos alimenticios de nuestros niños.
Otros dolores sobre todo que aparecen en la zona lumbar baja muchas veces se relacionan con las llamadas “espondilolisis” que son una fracturas que tienen origen en una sobrecarga vertebral excesiva, y que aparece típicamente en gimnastas y en pacientes que realizan deportes de contacto. El tratamiento de este proceso muchas veces es simplemente la disminución de actividad deportiva, siendo excepcional la necesidad de tratamiento quirúrgico. 
Hay que señalar en relación con la actividad deportiva, e independientemente del pensamiento de muchos padres y entrenadores, que ésta debe tener una intensidad justa, ya que las lesiones por sobreentrenamiento tanto a nivel de la columna como de las extremidades, sobre todo de las inferiores son relativamente frecuentes. Esto añadido al hecho de que en ocasiones el tratamiento no es el adecuado y hay una tendencia generalizada a intentar una pronta reincorporación deportiva sobre todo en el caso de niños con importante potencial competitivo en alguna disciplina, puede causar secuelas definitivas.
En definitiva, el ejercicio debe ser la norma en los niños, debiéndoseles crear un hábito para que realicen aquel con el cual se sientan más confortables y procurando siempre que sean asistidos para ello por profesionales capacitados.