Este fragmento de texto tomado de El Pais, pone un punto de sentido común en relación con este tema, que aunque manido y repetitivo sigue siendo utilizado por muchos pacientes.

"La homeopatía es la única de las supercherías mitológicas, acientíficas y pseudomilagrosas que no solo merece las risas de la gente –Catón decía que los arúspices no se podían mirar sin reírse de ellos–, sino que es ejercida por científicos (médicos, farmacéuticos, químicos) y que ha conseguido, sin demostrar absolutamente nada, vender que es una ciencia. La homeopatía no es una ciencia. Dejemos esto claro. Ni una medicina alternativa. Es un invento de un médico alemán a comienzos del siglo XIX de nombre Samuel Hanhemann, que dijo que lo semejante cura a lo semejante. Él no aclaró nada, por supuesto, y sus millonarios sucesores de la industria siguen sin hacerlo. No se sabe cómo actúa, ni si actúa de alguna forma, y no se puede hacer nada con ella atendiéndonos al método científico. Es agua con azúcar, un cuento, una estafa diluida infinitesimalmente. Su único efecto es el placebo, la sugestión, la creencia del que la toma en su sanación, exactamente la misma que la del legionario romano que preguntaba al arúspice si moriría en la batalla de Accio o no.

Magia y superstición que se prescribe y dispensa por profesionales de la salud con años de estudios científicos, sin que un solo ensayo clínico haya demostrado algo que no sea la fe en un futuro mejor. La homeopatía está actualmente en las farmacias y muchos nos preguntamos el porqué. Se ha dejado en manos de un experto en los medicamentos una cosa que no lo es, de la que la inmensa mayoría recelamos y que no sabemos manejar a tenor de la dificultad en su prescripción, que –por supuesto, como en la vieja Roma– solo conoce el experto prescriptor-arúspice, que a veces es médico y muchas no.

Tengo entendido que cada vez más homeópatas venden sus pócimas milagrosas diluidas en los consultorios donde tratan con el doliente, y es bueno que así sea, porque así ha sido siempre, desde la noche de los tiempos. Pero que dejen los hospitales, las clínicas y las farmacias para las medicinas, la ciencia y la razón."