RESUMEN TEMA 5
TEMA 5- FRACTURAS ANTEBRAZO- MANO- RESUMEN
1. Fracturas del Antebrazo (Cúbito y Radio)
Características Generales
- Las fracturas de antebrazo representan un tipo común de lesión que puede afectar significativamente la función del brazo debido a su impacto en los movimientos de pronación (girar la mano hacia abajo) y supinación (girar la mano hacia arriba). Estas fracturas afectan los huesos largos del antebrazo: el cúbito y el radio, los cuales forman parte del sistema articulatorio del codo y la muñeca. Juegan un papel vital en la estabilidad y movilidad del brazo, especialmente en actividades cotidianas como escribir, comer o manipular objetos.
- En adultos, las fracturas de antebrazo representan aproximadamente el 10-15% de todas las fracturas.
- En niños, la incidencia aumenta significativamente, representando cerca del 45% de las fracturas en este grupo de edad, debido a la fragilidad ósea y a su frecuente participación en caídas.
Implicaciones Funcionales
- Las fracturas del antebrazo pueden tener severas secuelas funcionales si no se tratan de manera adecuada. La anatomía compleja y la membrana interósea que une al radio y al cúbito juegan un papel crucial en el movimiento coordinado entre estos dos huesos. Por lo tanto, cualquier desplazamiento o malalineación después de la fractura puede llevar a una pérdida significativa de la pronosupinación y otros movimientos del antebrazo, afectando de manera importante la capacidad del paciente para realizar actividades diarias.
Mecanismos de Producción
- Las fracturas del antebrazo pueden ser causadas por varios mecanismos que implican fuerzas directas o indirectas sobre los huesos. Los mecanismos principales son:
Mecanismo directo:
- Este tipo de fractura ocurre cuando un golpe o impacto directo afecta principalmente al cúbito, ya que es el hueso que está más expuesto en la parte medial del antebrazo. Ejemplos de mecanismos directos incluyen golpes con objetos contundentes, como una barra de metal, o un impacto directo durante un accidente.
- Como resultado de este tipo de mecanismo, el hueso que recibe el golpe se fractura directamente en el punto de impacto, sin que se involucren necesariamente otros huesos o estructuras adyacentes.
Mecanismo indirecto:
- En este caso, la fractura se produce como consecuencia de una transmisión de fuerzas a través del antebrazo, generalmente debido a una caída sobre la mano extendida o durante la ejecución de un movimiento de torsión. En este mecanismo, las fracturas suelen afectar predominantemente al radio, debido a la transmisión de la fuerza desde la muñeca hacia el antebrazo. El cúbito puede verse afectado de manera secundaria si la fuerza es lo suficientemente alta.
- Los movimientos de pronación forzada o supinación durante un impacto indirecto también pueden causar fracturas complejas, que implican tanto desplazamientos como angulaciones óseas.
Clasificación de las Fracturas del Antebrazo
- Las fracturas del antebrazo se clasifican en función de la ubicación, el tipo de fractura y los huesos involucrados. Las principales categorías incluyen:
Fractura de ambos huesos:
- Este tipo de fractura involucra tanto el cúbito como el radio. Generalmente ocurre debido a un traumatismo de alta energía, como un accidente de tráfico o una caída desde una gran altura.
- Las fracturas de ambos huesos son especialmente complejas debido a que la estabilidad del antebrazo depende de la correcta alineación de ambos huesos. La falta de tratamiento adecuado puede llevar a inestabilidad crónica y limitaciones funcionales importantes.
- En muchos casos, el tratamiento requiere reducción abierta y fijación interna (RAFI) para asegurar la alineación correcta y evitar complicaciones como la pseudoartrosis o la sinostosis radiocubital (fusión no deseada de los huesos).
Fractura aislada de radio:
- El radio es el hueso que soporta la mayor parte de las fuerzas transmitidas a través de la muñeca durante una caída o impacto. Una fractura aislada del radio puede ocurrir por mecanismos de compresión o torsión y puede presentarse en cualquier parte del hueso, pero es más común en el tercio distal, cerca de la muñeca.
- Las fracturas del radio, especialmente las fracturas de Colles, son una de las fracturas más frecuentes observadas en las clínicas de urgencias y requieren una evaluación cuidadosa para determinar si hay luxaciones o lesiones asociadas de los ligamentos radiocubitales distales.
Fractura aislada de cúbito:
- El cúbito es el hueso menos propenso a fracturarse de forma aislada, ya que es más robusto que el radio y suele absorber menos fuerza durante los impactos indirectos. Sin embargo, cuando ocurre una fractura aislada de cúbito, a menudo es el resultado de un golpe directo en la parte medial del antebrazo, como sucede durante una defensa contra un objeto contundente (por ejemplo, golpe con un bate o barra).
- Estas fracturas pueden ser dolorosas debido a la proximidad del cúbito a la piel, lo que causa una notable deformidad en la superficie del antebrazo.
Fractura-luxación de Monteggia:
- Esta lesión implica una fractura del cúbito en su porción proximal, acompañada de una luxación de la cabeza del radio en la articulación del codo.
- Es una lesión particularmente compleja, ya que la luxación del radio puede comprometer la estabilidad del codo y causar lesiones adicionales en los nervios y arterias que cruzan esta región.
- Se requiere tratamiento quirúrgico urgente para reducir la luxación y estabilizar la fractura mediante fijación interna del cúbito, con el objetivo de restaurar la función y evitar complicaciones a largo plazo, como la luxación inveterada (luxación no reducida) de la cabeza radial o sinostosis (fusión anómala) entre el radio y el cúbito.
Fractura-luxación de Galeazzi:
- Esta lesión consiste en una fractura del radio en su porción distal, combinada con una luxación de la articulación radiocubital distal.
- Es una de las fracturas-luxaciones más inestables y difíciles de tratar, ya que la inestabilidad de la articulación radiocubital distal puede comprometer la capacidad del paciente para girar el antebrazo (pronosupinación).
- El tratamiento generalmente implica la reducción quirúrgica de la luxación y la fijación interna del radio para restablecer la alineación adecuada y la estabilidad de la articulación.
Manifestaciones Clínicas y Diagnóstico
- Las fracturas de antebrazo presentan una serie de signos y síntomas que pueden variar en intensidad según el tipo de fractura y el grado de desplazamiento de los huesos. Los pacientes suelen presentar:
- Dolor agudo localizado en el sitio de la fractura, que aumenta con el movimiento y la palpación.
- Deformidad visible en fracturas desplazadas, especialmente en aquellas que afectan tanto al radio como al cúbito.
- Impotencia funcional: La incapacidad para realizar movimientos normales del antebrazo, como la pronosupinación, es común en las fracturas desplazadas y en las fracturas-luxaciones.
- Tumefacción y equimosis (hematoma) en el área afectada, que puede extenderse a lo largo del antebrazo y hacia la mano.
- Sensibilidad a la palpación a lo largo del borde subcutáneo del cúbito o radio, lo que indica el sitio de la fractura.
Examen Neurovascular
- Un aspecto fundamental del diagnóstico es la evaluación del estado neurovascular del antebrazo y la mano. Las fracturas desplazadas o luxaciones pueden comprometer la circulación sanguínea o causar daño a los nervios periféricos, lo que puede manifestarse como:
- Pérdida de sensibilidad en las áreas inervadas por los nervios mediano, radial o cubital.
- Dificultad para mover los dedos o la mano, lo que puede ser un signo de daño neurológico asociado.
- En caso de fracturas abiertas o de alta energía, siempre se debe descartar la presencia de un síndrome compartimental, una emergencia ortopédica que requiere una intervención quirúrgica inmediata para aliviar la presión dentro de los compartimentos musculares del antebrazo y evitar la necrosis muscular y nerviosa.
Estudios de Imagen
- El diagnóstico definitivo se realiza mediante estudios de imagen, principalmente con radiografías:
- Radiografías AP y laterales del antebrazo: Son el estándar inicial para identificar fracturas y evaluar la alineación de los huesos.
- Tomografía computarizada (TAC): Se utiliza cuando las radiografías no ofrecen una imagen clara o cuando se sospecha una fractura compleja con múltiples fragmentos o afectación articular, especialmente en casos de fracturas-luxaciones como las de Monteggia o Galeazzi. La TAC permite una visualización detallada de los huesos y las relaciones articulares, lo que es crucial para la planificación quirúrgica en fracturas desplazadas o con conminución.
- Resonancia Magnética (RMN): Aunque no es de uso rutinario en el diagnóstico de fracturas de antebrazo, puede ser útil en casos de lesiones complejas, cuando se sospecha daño a los tejidos blandos, como ligamentos, o cuando hay afectación de la membrana interósea que puede no ser evidente en los rayos X.
2. Principios Generales del Tratamiento de las Fracturas del Antebrazo
Tratamiento Conservador
- El tratamiento conservador está indicado en fracturas no desplazadas o mínimamente desplazadas del antebrazo, especialmente en pacientes pediátricos, donde existe un alto potencial de remodelación ósea debido a la capacidad de los huesos en crecimiento para corregir deformidades durante el proceso de consolidación. El tratamiento incluye la inmovilización con yeso, que se adapta según la localización y el tipo de fractura.
- Yeso braquial: Se utiliza para inmovilizar el antebrazo y evitar movimientos indeseados que comprometan la consolidación. Este tipo de yeso puede extenderse desde el codo hasta la muñeca, inmovilizando también parte de la mano para asegurar una estabilización adecuada.
- En fracturas proximales (cerca del codo), el yeso se coloca generalmente en pronación neutra.
- Para fracturas del tercio distal del radio y cúbito, el yeso suele colocarse en supinación para reducir la tensión en las articulaciones radiocubitales distales y prevenir deformidades durante la consolidación.
- En fracturas desplazadas, especialmente en niños, la reducción cerrada es el procedimiento más común. Esta técnica consiste en la alineación manual de los fragmentos óseos bajo sedación o anestesia local, utilizando dedales japoneses para aplicar tracción suave y progresiva. La reducción debe ser controlada mediante radioscopia para asegurar que los huesos se alinean correctamente antes de colocar el yeso definitivo.
Tratamiento Quirúrgico
- El tratamiento quirúrgico está indicado en varias situaciones, como:
- Fracturas desplazadas que no pueden corregirse mediante reducción cerrada.
- Fracturas inestables que corren el riesgo de desplazarse incluso después de la inmovilización.
- Fracturas en adultos y adolescentes, ya que en estos grupos el potencial de remodelación ósea es menor que en los niños, y la consolidación sin desplazamiento es crucial para mantener la función normal del antebrazo.
Fijación interna
- El tratamiento quirúrgico estándar consiste en la fijación interna de los huesos con placas y tornillos. Este método proporciona una excelente estabilidad y permite la movilización temprana del brazo, lo que es esencial para prevenir la rigidez articular y la pérdida de función.
- En el caso de fracturas diafisarias del radio o cúbito, se realiza una incisión sobre el área afectada, se alinean los fragmentos óseos y se fijan con placas de acero o titanio que se aseguran con tornillos. Este método permite una consolidación estable, lo que favorece una rehabilitación rápida y efectiva.
- En algunas fracturas menos complejas o en fracturas en pacientes pediátricos, se puede optar por el uso de agujas intramedulares. Estas se introducen dentro del canal medular del hueso para alinear y estabilizar los fragmentos, generalmente complementadas con un yeso externo para proporcionar soporte adicional.
Complicaciones del Tratamiento Quirúrgico
- Aunque el tratamiento quirúrgico ofrece buenos resultados en términos de alineación y funcionalidad, existen algunas complicaciones potenciales:
- Infecciones: Son raras, pero posibles, especialmente en fracturas abiertas o en pacientes con comorbilidades que comprometen la cicatrización.
- Pseudoartrosis: Representa la falta de consolidación de la fractura. Aunque poco común, puede ocurrir en aproximadamente el 3% de los casos, y generalmente requiere cirugía de revisión para estimular la consolidación.
- Lesiones neurovasculares: Las fracturas que implican desplazamientos significativos o lesiones asociadas de tejidos blandos pueden comprometer los nervios o vasos sanguíneos cercanos, lo que podría causar déficits sensoriales o motoras.
Pronóstico y Resultados
- El pronóstico general de las fracturas de antebrazo es favorable si se proporciona el tratamiento adecuado. La mayoría de las fracturas consolidan en un período de 12 semanas, con una tasa de éxito cercana al 95%. Sin embargo, algunos pacientes pueden experimentar complicaciones a corto o largo plazo, que incluyen:
- Pseudoartrosis: En el 3% de los casos, la fractura no se consolida adecuadamente, lo que requiere intervención adicional.
- Infecciones postoperatorias, aunque raras, pueden ocurrir especialmente en casos de fracturas abiertas.
Complicaciones graves
- Las complicaciones graves incluyen:
- Lesiones arteriales y nerviosas: Son infrecuentes, pero pueden ocurrir en fracturas complejas o abiertas. Las lesiones del nervio mediano, cubital o radial pueden resultar en déficit funcional, mientras que las lesiones vasculares pueden comprometer la irrigación de la extremidad.
- Síndrome compartimental: Se trata de una emergencia quirúrgica que ocurre cuando la presión dentro de uno de los compartimentos musculares del antebrazo aumenta debido a una hinchazón excesiva o a un sangrado interno. Esto puede comprometer el flujo sanguíneo y causar daño muscular irreversible si no se trata rápidamente mediante una fasciotomía.
Secuelas a Largo Plazo
- Incluso con un tratamiento exitoso, algunos pacientes pueden experimentar secuelas a largo plazo, las cuales incluyen:
- Limitación de la pronosupinación: La pérdida del movimiento rotacional del antebrazo puede ser causada por una mala alineación de los huesos durante la consolidación o por la retracción de la membrana interósea que conecta el radio y el cúbito.
- Sinostosis radiocubital: Es una complicación rara en la cual los dos huesos del antebrazo (radio y cúbito) se fusionan de manera anormal, impidiendo el movimiento normal entre ellos. Esta condición afecta gravemente la pronosupinación y, en muchos casos, requiere una cirugía para separar los huesos fusionados.
- Bloqueo articular: La mala alineación o la presencia de osteofitos (crecimientos óseos) tras la consolidación puede limitar la movilidad del codo o la muñeca, afectando la funcionalidad global del brazo.
3. Fracturas de Antebrazo en Niños
Fracturas en Tallo Verde
- Las fracturas en tallo verde son una lesión exclusiva de los niños debido a la elasticidad de los huesos inmaduros. En este tipo de fractura, el hueso se dobla pero no se rompe completamente, ya que el periostio (la membrana externa del hueso) permanece intacto en un lado. Este tipo de fractura es el resultado de un impacto o torsión que no es lo suficientemente fuerte como para romper por completo el hueso.
Tratamiento
- El tratamiento de las fracturas en tallo verde es generalmente conservador. La mayoría de los casos requieren solo reducción cerrada (alineación manual) seguida de inmovilización con un yeso. En la mayoría de los niños, la remodelación ósea es rápida y eficiente, y el hueso se corrige durante el proceso de consolidación.
- Yeso braquial: Es el tratamiento estándar para inmovilizar las fracturas en tallo verde, con una duración que varía entre 4 y 6 semanas, dependiendo de la localización de la fractura y la edad del niño. La posición del yeso (pronación o supinación) depende del patrón de fractura y la recomendación del cirujano ortopédico.
Pronóstico
- El pronóstico para las fracturas en tallo verde es excelente. La mayoría de las fracturas consolidan sin secuelas y no requieren intervenciones adicionales. Sin embargo, si no se corrige adecuadamente la angulación inicial de la fractura, puede haber una pérdida funcional de la pronosupinación en el futuro.
Fractura de Essex-Lopresti
- La fractura de Essex-Lopresti es una lesión más compleja que involucra una fractura de la cabeza del radio, acompañada de una luxación radiocubital distal y una disrupción de la membrana interósea. Este tipo de fractura es altamente inestable y requiere un tratamiento quirúrgico urgente para evitar complicaciones a largo plazo.
Tratamiento
- El tratamiento de la fractura de Essex-Lopresti es quirúrgico debido a la inestabilidad intrínseca de la lesión. El objetivo principal es:
- Restaurar la longitud y estabilidad del radio: Esto se logra mediante la fijación interna con placa y tornillos para asegurar que los fragmentos de la fractura se alineen correctamente y mantengan la longitud adecuada del radio.
- Estabilizar la articulación radiocubital distal: Después de la reducción de la luxación, se pueden emplear tornillos transversos o clavijas para fijar temporalmente la articulación, permitiendo que la estructura se estabilice mientras cicatriza.
- Reparación de la membrana interósea: Aunque rara vez se aborda directamente, la membrana interósea entre el radio y el cúbito debe cicatrizar adecuadamente para evitar complicaciones, como la inestabilidad crónica o la pérdida de pronosupinación.
Complicaciones
- Inestabilidad crónica: Si la articulación radiocubital distal o la membrana interósea no se estabilizan adecuadamente, los pacientes pueden desarrollar una inestabilidad persistente, lo que puede comprometer el movimiento del antebrazo y causar dolor crónico.
- Pérdida de pronosupinación: La incapacidad para restaurar la correcta alineación de la cabeza del radio puede provocar limitaciones permanentes en la pronosupinación.
Pronóstico
- El pronóstico de las fracturas de Essex-Lopresti depende de la rapidez del diagnóstico y la eficacia de la reparación quirúrgica. En muchos casos, si el tratamiento es oportuno y la reducción es adecuada, la función del brazo puede restaurarse casi por completo. Sin embargo, los casos no tratados o tratados tardíamente pueden desarrollar secuelas a largo plazo, como dolor crónico o artrosis temprana de la articulación radiocubital distal.
4. Fracturas de Monteggia
Descripción General
- La fractura-luxación de Monteggia es una lesión compleja que involucra una fractura del cúbito proximal acompañada de una luxación de la cabeza del radio en el codo. Esta combinación hace que la lesión sea particularmente desafiante, ya que no solo se debe reparar la fractura, sino también restaurar la estabilidad de la articulación del codo. Las luxaciones anteriores de la cabeza del radio son las más comunes en este tipo de lesión.
Clasificación de la Fractura-Luxación de Monteggia
- La fractura de Monteggia se clasifica en función de la dirección de la luxación de la cabeza radial y del patrón de fractura del cúbito:
- Tipo I (60%): Luxación anterior de la cabeza radial con una fractura del cúbito proximal que generalmente tiene una angulación anterior. Este es el tipo más común.
- Tipo II (15%): Luxación posterior o posterolateral de la cabeza radial, acompañada de una fractura con angulación dorsal del cúbito.
- Tipo III (20%): Luxación anterolateral de la cabeza radial, generalmente asociada a una fractura metafisaria distal al proceso coronoides del cúbito.
- Tipo IV (5%): Fractura de ambos huesos del antebrazo (cúbito y radio) junto con una luxación de la cabeza radial.
Manifestaciones Clínicas
- Los pacientes con fractura de Monteggia presentan:
- Dolor intenso en la región proximal del antebrazo y el codo.
- Deformidad visible del antebrazo, particularmente en la región del cúbito.
- Incapacidad para pronar y supinar el antebrazo, debido a la luxación de la cabeza del radio.
- Movilidad limitada del codo con pérdida de la estabilidad articular.
Diagnóstico
- El diagnóstico se realiza mediante radiografías anteroposterior (AP) y lateral del codo y el antebrazo. Las radiografías permiten identificar tanto la fractura del cúbito como la luxación de la cabeza radial. En casos complejos, se puede utilizar una tomografía computarizada (TAC) para evaluar con mayor detalle la magnitud del desplazamiento y la relación entre los fragmentos óseos y las estructuras articulares.
Tratamiento
- El tratamiento de la fractura de Monteggia varía según la edad del paciente:
- En niños: Se prefiere una reducción cerrada seguida de inmovilización con yeso. Debido a la alta capacidad de remodelación ósea en los niños, la mayoría de los casos no requieren cirugía si se logra una reducción adecuada.
- En adultos: Se recomienda el tratamiento quirúrgico para asegurar una reducción anatómica precisa y evitar complicaciones como la luxación inveterada. La reducción abierta del cúbito, seguida de la fijación con placa y tornillos, es el estándar de tratamiento. En algunos casos, también es necesario realizar una reducción abierta de la cabeza radial si la luxación no puede corregirse de forma cerrada.
Complicaciones de la Fractura de Monteggia
- Luxación inveterada de la cabeza radial: Si no se trata adecuadamente o se diagnostica tarde, la cabeza del radio puede permanecer luxada de manera crónica, lo que conduce a una pérdida severa de la función del codo.
- Sinostosis radiocubital: En algunos casos, los huesos pueden fusionarse entre sí durante la consolidación, lo que impide el movimiento normal de pronosupinación.
- Lesión del nervio interóseo anterior o posterior: Esta complicación puede resultar en debilidad muscular o pérdida de la función motora en la muñeca y los dedos.
Pronóstico
- El pronóstico de la fractura de Monteggia depende de la rapidez del diagnóstico y la calidad del tratamiento quirúrgico. Si se aborda de manera oportuna, el pronóstico suele ser favorable, con recuperación completa de la función del codo. No obstante, en casos con diagnóstico tardío o reducción inadecuada, las complicaciones, como la luxación crónica y la artrosis temprana, pueden comprometer la movilidad y funcionalidad del brazo.
5. Fracturas de Galeazzi
Descripción General
- La fractura-luxación de Galeazzi es una lesión que afecta al tercio distal del radio, acompañada de una luxación de la articulación radiocubital distal. Esta lesión es altamente inestable debido a la implicación de la articulación, lo que requiere un tratamiento quirúrgico para restablecer la función y prevenir complicaciones a largo plazo.
Mecanismo de Lesión
- La fractura de Galeazzi generalmente ocurre como resultado de una fuerza axial transmitida a través del radio durante una caída sobre la mano con la muñeca en extensión. El radio se fractura en su tercio distal y, simultáneamente, la fuerza provoca una luxación en la articulación radiocubital distal, desestabilizando el antebrazo.
Manifestaciones Clínicas
- Los pacientes con una fractura de Galeazzi suelen presentar:
- Dolor intenso en la muñeca y el tercio distal del antebrazo.
- Deformidad visible en el antebrazo distal, con pérdida de la alineación normal.
- Dificultad para pronar y supinar el antebrazo, debido a la luxación de la articulación radiocubital distal.
- Movilidad limitada de la muñeca, acompañada de dolor durante los movimientos de la mano y el antebrazo.
Diagnóstico
- El diagnóstico se confirma mediante radiografías que muestran la fractura del radio y la luxación radiocubital distal. Las vistas laterales son útiles para evaluar el grado de desplazamiento y la relación entre los fragmentos óseos y la articulación. En casos complejos, se puede realizar una TAC para planificar mejor la intervención quirúrgica y visualizar detalles anatómicos adicionales.
Tratamiento
- El tratamiento de las fracturas de Galeazzi es predominantemente quirúrgico debido a la inestabilidad intrínseca de la articulación radiocubital distal. El tratamiento incluye:
- Reducción abierta y fijación interna (RAFI) del radio: El radio se reduce quirúrgicamente y se estabiliza mediante una placa y tornillos. La correcta alineación del radio es crucial para la estabilidad de la articulación radiocubital distal.
- Estabilización de la articulación radiocubital distal: Si la luxación no se reduce espontáneamente después de la fijación del radio, es necesario realizar una reducción manual de la articulación y estabilizarla con tornillos o agujas para asegurar la alineación adecuada durante la cicatrización.
Complicaciones
- Inestabilidad radiocubital distal: La persistente inestabilidad de la articulación radiocubital distal puede resultar en pérdida crónica de la funcionalidad de la muñeca y el antebrazo, con movimientos dolorosos y disminución de la pronosupinación. Si esto ocurre, puede ser necesario realizar procedimientos adicionales para estabilizar la articulación, como la colocación de tornillos o incluso una artrodesis parcial de la articulación en casos graves.
- Pseudoartrosis: La falta de consolidación adecuada del radio puede llevar a una pseudoartrosis, que requiere una cirugía adicional, como el injerto óseo o la revisión de la fijación interna. Esta complicación es más común en fracturas conminutas o en pacientes con comorbilidades que afectan la curación ósea, como la diabetes.
- Lesión del nervio mediano: Debido a la proximidad del nervio mediano a la articulación radiocubital distal, puede verse afectado durante el trauma o el tratamiento quirúrgico. Esto puede llevar a síntomas de síndrome del túnel carpiano, como hormigueo, debilidad en la mano y dolor en la muñeca y los dedos. En algunos casos, puede requerirse una descompresión quirúrgica del túnel carpiano si los síntomas no mejoran.
- Rigidez articular: La inmovilización prolongada o la inestabilidad persistente pueden resultar en rigidez significativa de la muñeca y el antebrazo. Esta complicación es particularmente problemática en personas que dependen de una funcionalidad completa de la muñeca y el antebrazo para realizar sus actividades diarias.
Pronóstico
- El pronóstico de la fractura de Galeazzi depende de la calidad de la reducción y fijación quirúrgica. En general, cuando se realiza una reducción adecuada, la mayoría de los pacientes pueden esperar una recuperación funcional completa con un adecuado seguimiento fisioterapéutico. Sin embargo, en casos de retraso en el diagnóstico o complicaciones postoperatorias, como la inestabilidad crónica o la pseudoartrosis, el pronóstico puede verse comprometido, con el riesgo de pérdida funcional a largo plazo.
6. Fracturas Distales del Radio
- Las fracturas de la extremidad distal del radio son extremadamente comunes, particularmente en personas mayores con osteoporosis, ya que una caída sobre la mano extendida puede generar suficiente fuerza para fracturar la porción más débil del hueso. Estas fracturas pueden clasificarse según su patrón y mecanismo de producción, siendo las más comunes la fractura de Colles y la fractura de Smith.
Fractura de Colles
- La fractura de Colles es una fractura extraarticular de la extremidad distal del radio con desplazamiento dorsal del fragmento distal. Es la fractura distal de radio más frecuente y se produce típicamente cuando una persona cae hacia adelante, con la mano extendida, lo que transmite la fuerza hacia el radio distal.
Mecanismo de Producción
- El mecanismo habitual de la fractura de Colles es una caída sobre la muñeca en extensión, lo que genera una fuerza de compresión y dorsiflexión en el radio distal. Esta fuerza provoca el desplazamiento del fragmento distal hacia atrás (dorsalmente), alterando el ángulo normal de inclinación volar del radio.
Características Radiológicas
- Las características radiológicas clásicas de la fractura de Colles incluyen:
- Desplazamiento dorsal del fragmento distal del radio.
- Deformidad en "dorso de tenedor": Una deformidad característica en la que la muñeca y la mano parecen un tenedor visto de lado, con el dorso de la muñeca prominente debido al desplazamiento dorsal del radio.
- Angulación dorsal del fragmento distal, con pérdida de la inclinación volar normal.
- Acortamiento radial: La longitud del radio se acorta debido a la conminución o desplazamiento del fragmento distal, lo que puede provocar una disfunción en la relación entre el radio y el cúbito, afectando la estabilidad de la muñeca.
Manifestaciones Clínicas
- Los pacientes con una fractura de Colles suelen presentar:
- Dolor intenso en la muñeca y antebrazo distal.
- Deformidad visible, con prominencia dorsal del fragmento distal del radio.
- Impotencia funcional: Incapacidad para mover la muñeca y los dedos debido al dolor y la deformidad.
- Inflamación y equimosis alrededor de la muñeca.
Tratamiento
- El tratamiento de las fracturas de Colles depende del desplazamiento y la estabilidad de la fractura:
- Fracturas no desplazadas: Estas fracturas se tratan generalmente con inmovilización en yeso durante un período de 4-6 semanas, con controles radiológicos periódicos para asegurarse de que la fractura no se desplace.
- Fracturas desplazadas:
- Reducción cerrada: En las fracturas desplazadas, se realiza una reducción manual bajo anestesia local para alinear los fragmentos óseos. Después de la reducción, se inmoviliza la muñeca en yeso antebraquial con flexión palmar, desviación cubital y pronación durante 6 semanas.
- Tratamiento quirúrgico: En fracturas inestables, conminutas o que no se pueden reducir adecuadamente mediante técnicas cerradas, se recurre a la reducción abierta y fijación interna (RAFI) con placas y tornillos. Este procedimiento asegura una alineación adecuada de los fragmentos óseos y permite la movilización temprana de la muñeca.
Complicaciones
- Las fracturas de Colles tienen varias complicaciones potenciales:
- Consolidación viciosa: Si la fractura no se reduce adecuadamente, puede consolidar en una posición anormal, lo que genera una deformidad permanente, dolor crónico y pérdida funcional.
- Lesión del nervio mediano: El nervio mediano puede verse afectado en las fracturas desplazadas de radio distal, provocando síntomas de síndrome del túnel carpiano.
- Rotura del tendón del extensor largo del pulgar: En algunos casos, la prominencia del tubérculo de Lister puede desgastar el tendón del extensor largo del pulgar, provocando su rotura tardía.
- Algodistrofia simpático refleja: Una complicación caracterizada por dolor crónico, hinchazón, cambios en la temperatura de la piel y rigidez en la muñeca y la mano, que puede ser difícil de tratar.
Fractura de Smith
- La fractura de Smith, también conocida como la fractura de Colles invertida, es una fractura de la extremidad distal del radio con desplazamiento volar del fragmento distal. Esta fractura es menos común que la de Colles y ocurre cuando una persona cae hacia atrás con la muñeca en flexión, lo que provoca que el fragmento distal se desplace hacia la palma.
Mecanismo de Producción
- La fractura de Smith generalmente ocurre por una caída sobre la mano en flexión palmar, lo que provoca el desplazamiento volar del fragmento distal del radio. Es común en pacientes de edad avanzada y en aquellos con osteopenia u osteoporosis, que tienen huesos más frágiles.
Características Radiológicas
- En las radiografías, se observa:
- Desplazamiento volar del fragmento distal del radio.
- Deformidad en "pala de jardinero", donde el ángulo de inclinación dorsal del radio se altera hacia una posición volar.
- Alteración del ángulo de inclinación lateral del radio debido al desplazamiento radial del fragmento.
Manifestaciones Clínicas
- Dolor intenso en el tercio distal del antebrazo y la muñeca.
- Deformidad visible con desplazamiento hacia la palma (volar) de la mano.
- Inflamación y equimosis en la región afectada.
- Pérdida de la función normal de la muñeca y los dedos.
Tratamiento
- El tratamiento de la fractura de Smith sigue principios similares al de la fractura de Colles:
- Fracturas no desplazadas: Se manejan con inmovilización en un yeso braquioantebraquial durante 4-6 semanas.
- Fracturas desplazadas:
- Reducción cerrada: Se realiza bajo anestesia, seguida de inmovilización en un yeso con la muñeca en supinación para mantener la reducción.
- Fijación quirúrgica: Si la fractura es inestable o conminuta, se realiza una reducción abierta con fijación interna, generalmente con una placa volar para mantener la alineación adecuada.
Complicaciones
- Consolidación viciosa: Similar a la fractura de Colles, la mala alineación durante la consolidación puede provocar una deformidad permanente.
- Lesión del nervio mediano: El desplazamiento volar del fragmento distal del radio puede comprimir el nervio mediano, lo que provoca síntomas de síndrome del túnel carpiano, como hormigueo, entumecimiento y debilidad en los dedos pulgar, índice y medio. En casos graves, puede ser necesaria una descompresión quirúrgica del túnel carpiano para aliviar la presión sobre el nervio.
- Rotura tendinosa: Aunque es menos común que en las fracturas de Colles, las fracturas de Smith pueden provocar la rotura de los tendones extensores debido al desplazamiento óseo. En particular, el tendón del extensor largo del pulgar es vulnerable a la rotura cuando hay fricción constante contra los bordes óseos irregulares.
- Artrosis postraumática: Si la fractura afecta la superficie articular del radio distal, hay un mayor riesgo de artrosis a largo plazo. Esta complicación puede limitar gravemente la movilidad de la muñeca y provocar dolor crónico.
Fractura de Barton
- La fractura de Barton es una fractura desplazada de la margen dorsal o volar de la articulación radiocarpiana, que involucra tanto la superficie articular del radio distal como una luxación del carpo. Existen dos tipos principales de fractura de Barton: dorsal (más frecuente) y volar (menos común).
Mecanismo de Producción
- Esta fractura generalmente ocurre cuando una persona cae sobre la mano extendida o flexionada, lo que provoca una fuerza axial que comprime la muñeca, causando una fractura desplazada en la base del radio distal, con la luxación o subluxación del carpo. Es común en traumas de alta energía, como caídas desde alturas o accidentes automovilísticos.
Características Radiológicas
- Fractura marginal que involucra la superficie articular del radio distal.
- Luxación o subluxación del carpo en relación con el radio.
- La fractura de Barton se distingue de otras fracturas del radio distal porque siempre involucra la articulación, lo que la hace más inestable.
Manifestaciones Clínicas
- Dolor intenso en la muñeca, especialmente al intentar moverla.
- Deformidad visible en la muñeca, con prominencia dorsal o volar según el tipo de fractura.
- Pérdida significativa de movilidad, con incapacidad para realizar movimientos normales de la muñeca.
Tratamiento
- Debido a la inestabilidad articular intrínseca de esta fractura, el tratamiento suele ser quirúrgico en la mayoría de los casos:
- Reducción abierta y fijación interna (RAFI): Se utiliza para alinear y estabilizar la fractura, generalmente mediante la colocación de una placa volar o dorsal, dependiendo del tipo de fractura. La fijación interna permite una movilización temprana de la muñeca.
- Inmovilización en yeso: En algunos casos menos complejos, se puede intentar una reducción cerrada y la inmovilización con yeso, pero es menos común debido al alto riesgo de desplazamiento.
Complicaciones
- Artrosis postraumática: Dado que la fractura de Barton involucra la articulación radiocarpiana, existe un alto riesgo de desarrollo de artrosis si no se restablece una alineación anatómica adecuada durante el tratamiento.
- Luxación persistente: En algunos casos, la reducción de la fractura y la luxación no se logra completamente, lo que lleva a una inestabilidad crónica de la muñeca.
- Consolidación viciosa: Al igual que con otras fracturas del radio distal, la consolidación en una posición incorrecta puede resultar en una deformidad permanente que limita la función de la muñeca.
Fractura de Estiloides Radial
- La fractura de la estiloides radial es una lesión que generalmente ocurre cuando una persona cae sobre la mano con una incidencia oblicua, impactando la porción lateral del radio. Estas fracturas pueden estar aisladas o asociadas a otras fracturas del radio distal, y se caracterizan por un desplazamiento de la base de la estiloides radial.
Mecanismo de Producción
- La fractura de la estiloides radial ocurre debido a una fuerza lateral oblicua transmitida a través de la muñeca. Esta fuerza causa una fractura aislada de la estiloides, o puede combinarse con otros patrones de fractura del radio distal, como la fractura de Colles o la fractura de Barton.
Características Radiológicas
- Fractura no desplazada o mínimamente desplazada en la base de la estiloides radial.
- Desplazamiento radial del fragmento fracturado en casos más graves.
- Las radiografías muestran el nivel de conminución (si existe) y cualquier asociación con luxación radiocubital distal o lesión ligamentaria.
Manifestaciones Clínicas
- Dolor localizado sobre la estiloides radial, exacerbado por movimientos de la muñeca.
- Tumefacción y, en casos de fracturas desplazadas, deformidad visible.
- Pérdida de la función de la muñeca, con dificultad para realizar movimientos de flexión y extensión.
Tratamiento
- El tratamiento de las fracturas de la estiloides radial depende del grado de desplazamiento:
- Fracturas no desplazadas: Generalmente se manejan de manera conservadora con inmovilización en un yeso antebraquial durante 4-6 semanas.
- Fracturas desplazadas: En fracturas con desplazamiento significativo, se realiza una reducción abierta y fijación interna mediante placas o tornillos para estabilizar el fragmento.
Complicaciones
- Consolidación viciosa: Si la fractura no se alinea adecuadamente, puede ocurrir una consolidación en una posición anormal, lo que afecta la movilidad de la muñeca.
- Lesiones asociadas del fibrocartílago triangular (FCT): Las fracturas de la estiloides radial pueden asociarse a lesiones del fibrocartílago triangular, lo que provoca inestabilidad radiocubital distal y dolor crónico.
- Artrosis postraumática: En fracturas que afectan la articulación radiocarpiana, puede desarrollarse artrosis en el largo plazo.
7. Fracturas del Escafoides
- El escafoides es el hueso carpiano más comúnmente fracturado y su importancia radica en que forma parte esencial de la articulación radiocarpiana y la articulación intercarpiana. Las fracturas del escafoides son particularmente preocupantes debido a su mala vascularización, lo que dificulta la consolidación y aumenta el riesgo de necrosis avascular y pseudoartrosis.
Mecanismo de Producción
- Las fracturas del escafoides suelen producirse por una caída sobre la mano en extensión o durante un impacto directo en la muñeca. Esta lesión es común en actividades deportivas y accidentes automovilísticos.
Clasificación de las Fracturas del Escafoides
- Fractura del tercio proximal: Estas fracturas tienen el mayor riesgo de necrosis avascular debido a la pobre irrigación del polo proximal del escafoides.
- Fractura del cuerpo del escafoides: Es el tipo más común de fractura de escafoides.
- Fractura del polo distal: Estas fracturas suelen consolidar más rápidamente debido a la mejor vascularización en la parte distal del escafoides.
Manifestaciones Clínicas
- Dolor en la tabaquera anatómica: El dolor sobre esta área triangular en la cara dorsal de la muñeca es un signo clásico de fractura de escafoides.
- Dolor con los movimientos de prensión y al intentar realizar movimientos de flexión y extensión de la muñeca.
- Inflamación en la base del pulgar y en la región de la muñeca.
- Limitación funcional de la muñeca debido al dolor y la posible luxación radiocarpiana asociada.
Diagnóstico
- El diagnóstico de las fracturas de escafoides a veces puede ser complicado porque las radiografías iniciales pueden no mostrar claramente la fractura, especialmente en las primeras etapas. Si existe una alta sospecha clínica de fractura (dolor persistente en la tabaquera anatómica), pero las radiografías no muestran una fractura evidente, puede ser necesaria una resonancia magnética (RMN) o una tomografía computarizada (TAC) para confirmar el diagnóstico.
Tratamiento
El tratamiento depende del tipo de fractura y su desplazamiento:
- Fracturas no desplazadas: Estas fracturas se manejan con inmovilización en yeso durante un período prolongado. El yeso generalmente incluye el codo y la muñeca, inmovilizando también el pulgar para restringir los movimientos del escafoides. Este tipo de inmovilización puede durar de 6 a 12 semanas, dependiendo de la localización de la fractura y la respuesta del hueso a la inmovilización.
- En los primeros 6 semanas, el yeso generalmente incluye el codo (yeso braquioantebraquial) para asegurar una estabilidad máxima.
- En las 6 semanas siguientes, el yeso puede ser cambiado por uno más corto (antebraquial), que permita algo más de movilidad mientras continúa la consolidación.
- Fracturas desplazadas o fracturas del polo proximal: Debido al alto riesgo de necrosis avascular en las fracturas desplazadas o proximales, se recomienda un tratamiento quirúrgico.
- Fijación interna con tornillos: La reducción abierta de la fractura y la colocación de un tornillo canulado dentro del escafoides es el tratamiento estándar en fracturas desplazadas. Este procedimiento proporciona estabilidad inmediata a la fractura, permitiendo una movilización temprana y favoreciendo la consolidación.
- Injerto óseo: En casos de fracturas que no consolidan adecuadamente o fracturas con conminución, puede ser necesario un injerto óseo para estimular la curación y restaurar la anatomía del escafoides.
Complicaciones de las Fracturas del Escafoides
Las fracturas del escafoides presentan un alto riesgo de complicaciones debido a la peculiaridad de su irrigación sanguínea, particularmente en la porción proximal del hueso.
- Necrosis avascular: Esta es una de las complicaciones más temidas, especialmente en las fracturas que afectan el polo proximal del escafoides. La mala irrigación de esta parte del hueso aumenta el riesgo de que el fragmento proximal no reciba suficiente sangre, lo que provoca necrosis y colapso óseo. La necrosis avascular puede requerir un tratamiento quirúrgico complejo, como una fijación con injerto óseo vascularizado o, en casos avanzados, incluso una artrodesis parcial de la muñeca.
- Pseudoartrosis: La pseudoartrosis es otra complicación común y ocurre cuando la fractura no consolida adecuadamente. Esto es especialmente frecuente en fracturas no diagnosticadas o mal tratadas. Los pacientes con pseudoartrosis suelen experimentar dolor crónico en la muñeca y pérdida de función. El tratamiento implica la resección de los fragmentos no consolidados y la fijación interna con injerto óseo para estimular la consolidación.
- Artrosis postraumática: Si la fractura no se trata adecuadamente o si hay una mala alineación de los fragmentos óseos, el desgaste articular puede llevar al desarrollo de artrosis. Esto es más común en fracturas desplazadas o que afectan la superficie articular del escafoides, lo que genera un desgaste precoz de la articulación radiocarpiana.
- Pérdida de movilidad: Incluso después de un tratamiento adecuado, algunos pacientes pueden experimentar una pérdida de movilidad en la muñeca debido a la rigidez articular o la formación de osteofitos (crecimientos óseos) en la articulación radiocarpiana.
8. Fracturas de los Metacarpianos y Falanges
- Las fracturas de los metacarpianos y falanges son lesiones frecuentes que afectan la funcionalidad de la mano y los dedos, ya que estos huesos son esenciales para la prensión, agarre y manipulación fina. Estas fracturas pueden variar en gravedad, desde fracturas simples sin desplazamiento hasta fracturas conminutas con rotación de los fragmentos, que requieren una intervención más agresiva para evitar secuelas permanentes.
Fracturas de los Metacarpianos
Características Generales
Los metacarpianos son huesos largos que forman el esqueleto de la palma de la mano. Las fracturas de estos huesos pueden ocurrir por traumatismos directos, como un golpe o caída, o por fuerzas indirectas, como la torsión o el impacto axial transmitido a través de los dedos. Las fracturas más comunes de los metacarpianos incluyen:
- Fractura del cuello del quinto metacarpiano: También conocida como la fractura del boxeador, es una fractura por impacto que afecta la base del quinto metacarpiano (el hueso que conecta con el dedo meñique). Esta fractura se produce comúnmente por un golpe de puño cerrado contra un objeto duro.
- Fractura diafisaria: Fractura en la parte media de los metacarpianos, que puede ser resultado de una fuerza directa o un trauma por aplastamiento.
Clasificación
- Fracturas transversas: Son fracturas horizontales que atraviesan la diáfisis del hueso.
- Fracturas oblicuas: Son fracturas en un ángulo, que a menudo resultan en desplazamiento o rotación de los fragmentos, lo que puede afectar la alineación y la función de los dedos.
- Fracturas conminutas: Implican la presencia de múltiples fragmentos óseos, lo que dificulta la reducción y la fijación de la fractura.
Manifestaciones Clínicas
- Dolor intenso en el sitio de la fractura, que se agrava con el movimiento de la mano o los dedos.
- Deformidad visible en la región de la fractura, particularmente en las fracturas del cuello del quinto metacarpiano, donde se puede observar una depresión en el dorso de la mano.
- Hematoma e hinchazón alrededor de la fractura.
- Pérdida de la función: En casos de fracturas con desplazamiento o rotación, los dedos pueden quedar mal alineados, lo que compromete la capacidad de la mano para agarrar objetos o hacer un puño.
Tratamiento
- Fracturas no desplazadas: Generalmente se tratan con inmovilización en una férula o yeso durante 4 a 6 semanas. Se coloca una férula en posición de función para mantener el alineamiento adecuado durante la consolidación.
- Fracturas desplazadas o con rotación: Requieren reducción cerrada para alinear los fragmentos. Si no se logra una reducción estable, se puede optar por fijación interna con agujas de Kirschner o placas para mantener los huesos en su posición correcta.
- Fracturas conminutas: En fracturas complejas con múltiples fragmentos, puede ser necesario el uso de un fijador externo o osteosíntesis con placas para garantizar la estabilidad.
Complicaciones
- Consolidación viciosa: Una consolidación inadecuada puede provocar una deformidad permanente, lo que afecta la función de la mano, particularmente si hay rotación de los fragmentos.
- Rigidez articular: La inmovilización prolongada o el trauma severo pueden llevar a una rigidez significativa en las articulaciones metacarpofalángicas.
- Artrosis: Las fracturas que comprometen las superficies articulares pueden predisponer a una artrosis temprana, lo que causa dolor crónico y pérdida de movilidad.
Fracturas de las Falanges
- Las falanges son los huesos de los dedos, y las fracturas de estos huesos son frecuentes en traumas directos, caídas o lesiones por aplastamiento. Las fracturas de las falanges pueden variar desde fracturas simples no desplazadas hasta fracturas conminutas que comprometen las articulaciones interfalángicas.
Clasificación
- Fracturas diafisarias: Afectan la parte media de las falanges y pueden ser transversas, oblicuas o conminutas.
- Fracturas epifisarias: Afectan la región cercana a las articulaciones, lo que puede comprometer la estabilidad articular y predisponer a complicaciones como la artrosis.
Manifestaciones Clínicas
- Dolor agudo en el dedo afectado, con deformidad visible en fracturas desplazadas.
- Hematoma subungueal (debajo de la uña) en fracturas distales, especialmente en las que comprometen la falange distal.
- Pérdida de la función del dedo afectado, con incapacidad para flexionar o extenderlo completamente.
Tratamiento
- Fracturas no desplazadas: Se manejan con férulas de inmovilización durante 3-4 semanas, manteniendo el dedo en posición de función.
- Fracturas desplazadas: Estas requieren una reducción cerrada bajo anestesia, seguida de inmovilización para mantener los fragmentos en la posición correcta. Si la fractura no puede mantenerse estable con una férula o yeso, se recurre a la fijación quirúrgica.
- Fijación interna: Se puede utilizar una variedad de métodos para fijar la fractura, dependiendo de su localización y complejidad. Los métodos incluyen:
- Agujas de Kirschner (K-wires): Estas agujas se insertan a través de la piel en la falange para estabilizar los fragmentos óseos.
- Placas y tornillos: Utilizados en fracturas más complejas, especialmente si afectan las articulaciones interfalángicas o metacarpofalángicas.
- Fijadores externos: En fracturas conminutas o altamente inestables, el uso de fijadores externos permite una estabilización eficaz, mientras se minimizan los daños adicionales a los tejidos blandos.
- Fracturas conminutas: Las fracturas con múltiples fragmentos pueden requerir un tratamiento más agresivo con reducción abierta y osteosíntesis interna para garantizar la estabilidad. En algunos casos, si la fractura compromete gravemente la estructura del dedo, puede ser necesaria una reconstrucción con injerto óseo o técnicas de reparación complejas para preservar la función del dedo.
- Fracturas epifisarias y articulares: Si la fractura involucra las superficies articulares, se requiere una reducción anatómica precisa para prevenir la aparición de artrosis postraumática. Las fracturas articulares pueden necesitar fijación interna con pequeños tornillos o placas específicas para evitar la dislocación o el colapso articular.
Complicaciones
- Consolidación viciosa: Las fracturas mal alineadas de las falanges pueden resultar en una rotación o angulación anormal del dedo afectado, lo que compromete la función y la capacidad de realizar tareas diarias como el agarre o la prensión fina.
- Rigidez articular: La rigidez es una complicación común debido a la inmovilización prolongada o la cicatrización excesiva de los tejidos blandos. Esta rigidez puede ser difícil de corregir, y en algunos casos, requiere una rehabilitación intensiva o incluso cirugía.
- Pseudoartrosis: Si los fragmentos óseos no consolidan adecuadamente, puede desarrollarse una pseudoartrosis, lo que provoca inestabilidad y dolor crónico en el dedo afectado. En estos casos, puede ser necesario un injerto óseo o una cirugía de revisión para corregir el problema.
- Artrosis postraumática: Las fracturas que afectan las articulaciones interfalángicas o metacarpofalángicas tienen un alto riesgo de desarrollar artrosis postraumática, lo que puede llevar a dolor crónico y una movilidad limitada de las articulaciones afectadas.
- Hematoma subungueal: Este tipo de hematoma es común en las fracturas de la falange distal, donde la sangre se acumula debajo de la uña debido al trauma. En algunos casos, puede ser necesario drenar el hematoma para aliviar el dolor. Si la uña se desprende, se deben realizar estudios adicionales para descartar una fractura subyacente.
9. Fracturas del Boxeador (Fractura del Quinto Metacarpiano)
Descripción General
- La fractura del boxeador es una fractura común que afecta el cuello del quinto metacarpiano (el hueso que conecta con el dedo meñique). Se produce típicamente como resultado de un golpe directo con un puño cerrado, como cuando una persona golpea un objeto duro con la mano. Es la fractura más frecuente de los metacarpianos, y generalmente afecta a personas jóvenes, especialmente en situaciones de trauma deportivo o violencia.
Mecanismo de Producción
- Esta fractura ocurre cuando una persona golpea un objeto con el puño cerrado, transmitiendo la fuerza directamente a través del quinto metacarpiano. La fuerza de impacto provoca una fractura en el cuello del metacarpiano, lo que resulta en un angulamiento palmar del fragmento distal.
Características Radiológicas
- Angulación palmar del fragmento distal del quinto metacarpiano.
- Aplastamiento del cuello del metacarpiano en casos severos, lo que puede resultar en un acortamiento del hueso.
- En algunos casos, puede haber rotación del fragmento distal, lo que afecta la alineación de los dedos.
Manifestaciones Clínicas
- Dolor intenso en la mano, especialmente en el dorso, sobre el cuello del quinto metacarpiano.
- Deformidad visible, con depresión en la zona del dorso de la mano y angulación palmar del dedo meñique.
- Hematoma y hinchazón en la zona de la fractura.
- Pérdida de función: Dificultad para mover el dedo meñique o para cerrar el puño adecuadamente.
Tratamiento
- El tratamiento de la fractura del boxeador depende del grado de angulación y desplazamiento:
- Fracturas con angulación leve: Se tratan de manera conservadora mediante la inmovilización en férula o yeso durante 3-4 semanas. El yeso o férula se coloca en posición de función, con la mano en flexión leve para mantener el alineamiento de los fragmentos.
- Fracturas con angulación significativa o desplazamiento: Requieren una reducción cerrada bajo anestesia para alinear los fragmentos óseos. Si la reducción no es estable, se puede optar por la fijación con agujas de Kirschner para mantener la alineación mientras el hueso cicatriza.
- Fracturas con rotación: En casos donde el fragmento distal rota, afectando la alineación del dedo, es esencial realizar una reducción anatómica para evitar problemas de alineación y función. La fijación quirúrgica puede ser necesaria en estos casos.
Complicaciones
- Consolidación viciosa: Si la fractura no se alinea correctamente, puede ocurrir una deformidad permanente, lo que afecta la capacidad del paciente para cerrar el puño o utilizar la mano para tareas que requieren precisión.
- Rigidez: La inmovilización prolongada puede llevar a rigidez de las articulaciones metacarpofalángicas y carpometacarpianas, lo que dificulta la recuperación de la funcionalidad completa.
- Problemas de rotación: Una mala alineación durante la consolidación puede provocar una rotación anormal del dedo meñique, lo que afecta la capacidad para agarrar objetos correctamente.
10. Lesión del Ligamento Colateral Cubital del Pulgar (Lesión de Stener)
Descripción General
- La lesión del ligamento colateral cubital (LCC) del pulgar es una lesión común que ocurre cuando el pulgar es forzado hacia fuera de la palma (abducción). Esta lesión se conoce comúnmente como la lesión del esquiador, ya que es frecuente en accidentes de esquí cuando el pulgar queda atrapado en la correa del bastón. En casos severos, el ligamento lesionado queda atrapado en la aponeurosis del aductor, lo que se conoce como lesión de Stener.
Mecanismo de Producción
- La lesión ocurre cuando una fuerza repentina y excesiva de abducción (hacia afuera) estira o rompe el ligamento colateral cubital en la articulación metacarpofalángica del pulgar. Esta lesión es común en deportes de contacto o situaciones donde el pulgar es forzado hacia fuera de la palma.
Características Clínicas
- Dolor intenso en la base del pulgar, especialmente en la articulación metacarpofalángica.
- Inestabilidad del pulgar: Los pacientes suelen sentir que el pulgar es inestable y no pueden realizar movimientos de pinza con fuerza.
- Hematoma e hinchazón alrededor de la articulación.
- En los casos de lesión de Stener, se puede palpar un bulto en la región cubital de la articulación, debido a la interposición del ligamento desgarrado en la aponeurosis del aductor.
Diagnóstico
- El diagnóstico se realiza mediante la evaluación clínica de la estabilidad de la articulación metacarpofalángica del pulgar. Se realizan pruebas de estrés en la articulación para evaluar si hay un aumento en la laxitud o inestabilidad en comparación con el otro lado. En algunos casos, una radiografía puede ser útil para descartar una fractura avulsión del ligamento.
Tratamiento
- Lesiones parciales o esguinces: En desgarros parciales del ligamento colateral cubital, se trata con inmovilización en una férula o yeso durante 3 a 6 semanas. El pulgar se mantiene en una posición de ligera flexión y aducción para permitir la cicatrización del ligamento. Después del período de inmovilización, se inicia la rehabilitación con ejercicios de fortalecimiento y recuperación de la movilidad.
- Lesiones completas (roturas): En casos donde hay una rotura completa del ligamento, especialmente cuando hay inestabilidad significativa al realizar movimientos de pinza o agarre, o cuando se sospecha una lesión de Stener, el tratamiento quirúrgico es la opción preferida.
- Tratamiento quirúrgico: La cirugía consiste en la reparación directa del ligamento mediante suturas o el uso de un anclaje óseo para reinsertar el ligamento en su posición original. En los casos de lesión de Stener, se realiza una liberación del ligamento atrapado en la aponeurosis del aductor, seguido de su reparación.
- Inmovilización postquirúrgica: Después de la cirugía, el pulgar se inmoviliza en una férula durante 4 a 6 semanas para proteger la reparación. Posteriormente, se inicia un programa de rehabilitación física para restaurar la movilidad y la fuerza.
- Lesiones crónicas: En lesiones no tratadas o diagnosticadas tardíamente, los pacientes pueden desarrollar una inestabilidad crónica en la articulación del pulgar, lo que afecta su capacidad para realizar actividades que requieren fuerza en la pinza. En estos casos, puede ser necesaria una reconstrucción ligamentosa con injertos de tendones, o en casos graves, una artrodesis (fusión articular) para restaurar la funcionalidad del pulgar.
Complicaciones
- Inestabilidad persistente: Si la lesión no se trata adecuadamente, el pulgar puede quedar inestable a largo plazo, lo que afecta la capacidad para realizar movimientos de pinza con fuerza. Esto puede interferir en la realización de tareas diarias como abrir botellas o manipular objetos pequeños.
- Artrosis: La inestabilidad crónica o la repetición de lesiones puede conducir al desgaste de la articulación metacarpofalángica y al desarrollo de artrosis postraumática, lo que puede causar dolor crónico y rigidez.
- Rigidez postoperatoria: Después de la reparación quirúrgica y el período de inmovilización, algunos pacientes pueden experimentar rigidez en el pulgar, lo que afecta la movilidad y la función general de la mano. La rehabilitación temprana es esencial para minimizar esta complicación.
11. Fracturas de las Falanges Distales y Medias
- Las fracturas de las falanges distales y medias son frecuentes en los dedos debido a su exposición a golpes, caídas y aplastamientos. Estas lesiones afectan la capacidad de uso de la mano, ya que comprometen los movimientos de flexión y extensión de los dedos.
Fracturas de la Falange Distal
Mecanismo de Producción
- Las fracturas de la falange distal suelen ocurrir por un traumatismo directo, como un golpe con un objeto pesado o una caída sobre el dedo. Las fracturas de aplastamiento son comunes y, en muchos casos, pueden estar asociadas con lesiones de los tejidos blandos, como el hematoma subungueal o lesiones de la uña.
Clasificación
- Fracturas simples: Son aquellas que no están desplazadas y no afectan la articulación distal (interfalángica distal).
- Fracturas conminutas: Implican varios fragmentos óseos, lo que puede dificultar su tratamiento y la consolidación.
- Fracturas de la base de la falange distal: A menudo asociadas con lesiones del tendón extensor o lesiones de la uña.
Manifestaciones Clínicas
- Dolor intenso en el dedo afectado, especialmente en la punta.
- Hematoma subungueal: En las fracturas de la falange distal, puede acumularse sangre debajo de la uña, causando dolor pulsátil.
- Deformidad del dedo: En fracturas desplazadas, puede haber un acortamiento o angulación visible del dedo.
- Hinchazón y equimosis en la zona afectada.
Tratamiento
- Fracturas no desplazadas: Generalmente, estas fracturas se tratan con inmovilización en una férula durante 3 a 4 semanas. La férula mantiene el dedo en posición de extensión o flexión leve, según el tipo de fractura.
- Fracturas desplazadas o conminutas: En estos casos, se realiza una reducción cerrada si es posible, seguida de inmovilización. Si la reducción cerrada no es efectiva, se puede optar por la fijación quirúrgica con agujas o mini-placas.
- Fracturas con hematoma subungueal: Si el hematoma subungueal provoca un dolor significativo, se puede realizar un procedimiento para drenar el hematoma a través de la uña. En algunos casos, si la uña está muy dañada, puede retirarse y examinarse la falange distal subyacente en busca de fracturas adicionales.
- Fracturas de la base de la falange distal con avulsión del tendón extensor: Si la fractura está asociada con una lesión en el tendón extensor, es necesario inmovilizar el dedo en extensión completa con una férula por un período de 6 a 8 semanas para permitir la cicatrización del tendón.
Complicaciones
- Rigidez: La rigidez en la articulación interfalángica distal es una complicación frecuente debido a la inmovilización prolongada.
- Consolidación viciosa: En fracturas desplazadas que no se reducen adecuadamente, puede producirse una deformidad permanente del dedo, con angulación o acortamiento.
- Pseudoartrosis: Si la fractura no se consolida adecuadamente, puede desarrollarse una pseudoartrosis que cause inestabilidad y dolor en la falange distal.
Fracturas de la Falange Media
Mecanismo de Producción
- Las fracturas de la falange media suelen ocurrir por un trauma directo en el dedo, como un golpe o una lesión por aplastamiento. Estas fracturas pueden ser transversales, oblicuas o conminutas, y con frecuencia afectan la articulación interfalángica proximal, lo que aumenta el riesgo de complicaciones articulares.
Clasificación
- Fracturas diafisarias: Afectan la parte media de la falange y pueden ser transversales, oblicuas o conminutas.
- Fracturas epifisarias: Afectan las zonas cercanas a las articulaciones interfalángicas proximales o distales y pueden implicar lesiones articulares.
Manifestaciones Clínicas
- Dolor agudo en el dedo afectado, que empeora con los movimientos.
- Deformidad visible en fracturas desplazadas.
- Hematoma e hinchazón en la falange media.
- Limitación de la función del dedo, con dificultad para flexionarlo o extenderlo.
Tratamiento
- Fracturas no desplazadas: Se tratan con inmovilización en férula durante 4 a 6 semanas. En este caso, se debe prestar especial atención a la posición de inmovilización para evitar el desarrollo de rigidez articular.
- Fracturas desplazadas: Requieren una reducción cerrada bajo anestesia local. Si la reducción es inestable, se realiza fijación quirúrgica con agujas de Kirschner o placas para mantener los fragmentos en su posición correcta durante el proceso de consolidación.
- Fracturas articulares: Si la fractura involucra las superficies articulares de la articulación interfalángica proximal o distal, es crucial realizar una reducción anatómica precisa para prevenir la aparición de artrosis. Las fracturas articulares a menudo requieren fijación interna para garantizar una correcta alineación.
Complicaciones
- Artrosis postraumática: Las fracturas que involucran las superficies articulares tienen un mayor riesgo de desarrollar artrosis en el largo plazo, lo que causa dolor crónico y limitación de la movilidad.
- Rigidez: La inmovilización prolongada, especialmente en fracturas articulares, puede llevar a una rigidez significativa en las articulaciones interfalángicas, lo que afecta la función general del dedo.
- Consolidación viciosa: Si la fractura no se reduce adecuadamente, puede haber un desplazamiento persistente que afecte la alineación del dedo, resultando en una deformidad que compromete la función. Esto es particularmente problemático cuando la falange media queda en una posición angulada o con rotación, lo que afecta la capacidad del paciente para realizar actividades diarias que implican el uso de la mano, como la escritura o el agarre de objetos.
- Pseudoartrosis: En raras ocasiones, las fracturas de la falange media pueden no consolidarse correctamente, lo que da lugar a la pseudoartrosis. Esto provoca dolor crónico y una inestabilidad significativa en el dedo, requiriendo a menudo una cirugía de revisión con injerto óseo y estabilización con placas o tornillos.
12. Luxaciones de las Articulaciones Interfalángicas
Descripción General
- Las luxaciones de las articulaciones interfalángicas (distal y proximal) ocurren cuando uno de los huesos que forman la articulación se desplaza fuera de su posición normal. Estas luxaciones son comunes en deportes de contacto y actividades que implican traumatismos directos en los dedos.
Mecanismo de Producción
- La luxación interfalángica suele ocurrir debido a un trauma directo o una hiperextensión forzada del dedo. Esto provoca que los huesos que forman la articulación se desplacen uno con respecto al otro, ya sea en dirección dorsal (hacia atrás) o volar (hacia adelante).
Tipos de Luxación
- Luxación dorsal: El hueso proximal se desplaza hacia adelante, mientras que el distal se desplaza hacia atrás. Es el tipo más común de luxación interfalángica.
- Luxación volar: Es menos común y ocurre cuando el hueso distal se desplaza hacia adelante. A menudo está asociado con desgarros en los ligamentos palmares o tendones flexores.
- Luxación lateral: Puede ocurrir cuando hay una fuerza aplicada desde un lado, lo que desplaza lateralmente uno de los huesos que forman la articulación.
Manifestaciones Clínicas
- Dolor agudo en el dedo afectado.
- Deformidad visible de la articulación, con el hueso fuera de su posición normal.
- Inflamación y equimosis alrededor de la articulación.
- Imposibilidad de mover el dedo o dolor significativo al intentar moverlo.
Diagnóstico
- El diagnóstico se realiza generalmente mediante un examen físico, que revela una deformidad visible de la articulación afectada. Las radiografías son esenciales para confirmar el diagnóstico y descartar fracturas asociadas o daño a los ligamentos.
Tratamiento
- Reducción cerrada: La mayoría de las luxaciones interfalángicas se tratan con reducción cerrada, que consiste en realinear manualmente los huesos de la articulación. Este procedimiento suele realizarse bajo anestesia local o sedación, y generalmente tiene éxito inmediato.
- Inmovilización: Después de la reducción, el dedo se inmoviliza con una férula durante 2 a 4 semanas, dependiendo del tipo de luxación y la estabilidad de la articulación. La férula mantiene el dedo en ligera flexión o extensión para proteger la articulación mientras cicatrizan los ligamentos y los tejidos blandos.
- Rehabilitación: Después del período de inmovilización, se inicia un programa de rehabilitación para recuperar la movilidad y la fuerza del dedo. Los ejercicios deben comenzar lo antes posible para evitar la rigidez articular.
Complicaciones
- Rigidez articular: La rigidez es la complicación más frecuente después de una luxación interfalángica. Es esencial una rehabilitación temprana para evitar la pérdida de movimiento en la articulación.
- Inestabilidad crónica: Si los ligamentos que estabilizan la articulación no cicatrizan adecuadamente o si la luxación se repite, la articulación puede volverse inestable, lo que afecta la función del dedo.
- Artrosis postraumática: Las luxaciones que involucran daño articular significativo pueden desarrollar artrosis a largo plazo, lo que resulta en dolor crónico y limitación de la movilidad.
13. Luxaciones del Carpo
Descripción General
- Las luxaciones de los huesos del carpo son lesiones graves que afectan la estabilidad de la muñeca. Involucran la pérdida de la congruencia entre los huesos del carpo o entre el carpo y el radio. Las luxaciones del carpo pueden ser completas o parciales y generalmente están asociadas con lesiones de los ligamentos y la cápsula articular.
Tipos de Luxaciones del Carpo
- Luxación perilunar: Es la luxación más común, en la que los huesos del carpo se desplazan en relación con el semilunar, pero este último permanece alineado con el radio.
- Luxación del semilunar: En esta lesión, el semilunar se disloca completamente de su posición en la articulación radiocarpiana, lo que a menudo resulta en necrosis avascular del semilunar si no se trata a tiempo.
Mecanismo de Producción
- Estas luxaciones generalmente ocurren debido a traumatismos de alta energía, como caídas sobre la muñeca extendida o accidentes automovilísticos. La fuerza transmitida a través de la muñeca puede provocar el desgarro de los ligamentos que mantienen los huesos del carpo en su posición, lo que lleva a la luxación.
Manifestaciones Clínicas
- Dolor intenso en la muñeca, agravado por cualquier movimiento.
- Deformidad visible en el carpo, especialmente en luxaciones perilunares o del semilunar.
- Inflamación rápida y marcada hinchazón de la muñeca.
- Impotencia funcional: Los pacientes con luxaciones del carpo tienen una pérdida completa de la movilidad de la muñeca y, a menudo, no pueden mover los dedos debido al dolor intenso.
Diagnóstico
- El diagnóstico de las luxaciones del carpo se realiza mediante radiografías de la muñeca, que suelen mostrar el desplazamiento de los huesos del carpo en relación con el radio o el semilunar. En algunos casos, es necesaria una tomografía computarizada (TAC) para evaluar la magnitud de la lesión y planificar el tratamiento quirúrgico.
Tratamiento
- Reducción cerrada: En luxaciones recientes y no complicadas, se puede intentar una reducción cerrada bajo anestesia, seguida de inmovilización en yeso durante 6 semanas. Sin embargo, muchas de estas luxaciones requieren tratamiento quirúrgico.
- Tratamiento quirúrgico: La mayoría de las luxaciones del carpo, especialmente las luxaciones perilunares y luxaciones del semilunar, requieren reducción abierta y fijación interna (RAFI) para restaurar la alineación normal de los huesos del carpo. Durante el procedimiento quirúrgico, también se reparan los ligamentos desgarrados.
Complicaciones
- Necrosis avascular: En la luxación del semilunar, la interrupción del suministro de sangre al semilunar puede provocar necrosis avascular, lo que puede llevar a un colapso óseo y dolor crónico. Si se desarrolla necrosis, puede ser necesario un procedimiento de artrodesis parcial de la muñeca.
- Rigidez: La inmovilización prolongada, junto con el daño a los ligamentos y cápsulas articulares, puede llevar a rigidez significativa de la muñeca, lo que afecta la función global de la mano.
- Artrosis postraumática: El daño a la articulación radiocarpiana o intercarpiana durante la luxación puede provocar el desarrollo de artrosis con el tiempo, causando dolor crónico y limitación de la movilidad.
Este resumen ha cubierto los temas esenciales de las fracturas y luxaciones que afectan el antebrazo, la muñeca y la mano, brindando una descripción detallada del tratamiento, pronóstico y complicaciones de estas lesiones. Si necesitas profundizar en alguna sección o tienes alguna duda específica, estaré encantado de ayudarte.